19 oct 2013

Alejandro, príncipe y poeta



















Escritor precoz, Alejandro Roemmers, nacido en Buenos Aires en 1958, comienza desde muy niño a plasmar su imaginación con temblorosas letras. Recibe antes de cumplir veinte  su primer reconocimiento: un  Premio de Poesía concedido por una Universidad española. Esta distinción abre una serie de innumerables publicaciones,  reconocimientos y homenajes a lo largo y ancho del mundo.

Sus  libros : “Soñadores, Soñad”,  “Ancla Fugaz” ,“España en mí” , “Más Allá”  , “Poemas Elegidos”  , “Como la Arena”, “La Túnica Sensual”(poemas traducidos al italiano) ; le valen, los premios internacionales  “Cultura Viva” , “Sial”  y “Alba de América” , entre otros.

Universidades  y  celebres bibliotecas lo invitan a realizar lecturas de sus obras., y es elegido Miembro de Número del Real Instituto de Cultura de México , Miembro de Honor del Instituto Literario y Cultural Hispánico  y Embajador de las Letras por la Sociedad Argentina de Escritores  .

La Biblioteca Nacional de España  y la Universidad de Sidney lo convocan para disertar sobre la poesía de Borges y realizar una lectura de sus propios poemas.  

Exótico honor , recibe junto con Alejandro Vaccaro, al cumplirse veinte años del fallecimiento de Jorge Luis Borges , la invitación de la Biblioteca de

Alejandría ; y aunque  parezca un trabalenguas , los dos  Alejandros  viajan  a Alejandria .  

Generoso mecenas, dueño de una de las fortunas más grandes  de la Argentina, el poeta ha declarado en un sorprendente reportaje:

“No importa tanto a qué vas a dedicar tu vida, sino de qué manera. Yo creo que la mayor parte de los seres humanos tienen la capacidad de ser felices, pero que hay una maquinaria que necesita seres consumistas; no hay que dejarse engañar por eso. ¡Siento un rechazo tremendo por comprarme cosas! Me molesta muchísimo. Prefiero estar leyendo o caminando por una plaza...  A mí la felicidad me viene de otro lado. (…) Tengo lo mínimo. De hecho, escribo a mano... 

Alejandro parece pedir disculpas por el hecho de ser poderoso, desconfía del poder que desde niño ha conocido  y admira la inocencia que siente perdida ;  de aquí nace su devoción por el inmortal Principito de Antoine Saint-Exupéry , plasmada en su último libro  : “El regreso del Joven príncipe”

Esta obra, recibida con agrado por  los mismos descendientes del escritor francés, representa una confesión y un mensaje esperanzado sobre el  desprendimiento y  la bondad humana. El escritor plantea un dialogo con su mítico personaje que alude, sin duda, a sí mismo:


¿Quién era aquel joven

radiante de inocencia que sacudía como un terremoto

el sistema de creencias que yo había heredado ?

El camino al crecimiento espiritual y a la felicidad exige el coraje de cambiar y crecer. Debemos estar dispuestos a abandonar la comodidad de nuestra posición…

el encuentro con otro ser humano es motivo de alegría.

Todo príncipe debe tener su escudo heráldico; a modo de ejercicio poético quiero imaginar el de Alejandro. 

Manuel Machado escribe en su poema Adelfos un bello y desesperanzado  verso  para su escudo:

 “De mi alta aristocracia dudar jamás se pudo. No se ganan, se heredan elegancia y blasón...  Pero el lema de casa, el mote del escudo, es una nube vaga que eclipsa un vano sol.”


El Papa Francisco ha elegido para el suyo un lema de sublime  humildad: "Miserando atque eligendo" ("Lo miró con misericordia y lo eligió") 

El escudo de Alejandro Roemmers no puede sino repetir, bajo la imagen de un asteroide  y un árbol, la sentencia de su amado principito: “lo esencial es  invisible a los ojos” 


Karolina Alarcon

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