18 sept 2013

CEMENTERIOS


Nada mas cierto que los cementerios.

Desde que nacemos, q cada instante, 

Nos acercamos más a la tierra,

Hasta que yacemos

Los recuerdo:

La gran hondonada de Génova,

La ladera de cruces en Bariloche,

Aquella larga tarde de lluvia

Que entregamos a recorrer, tumba a tumba,

El Père Lachaise de París:

Modigliani, la Piaf, George Sand,

Eluard y sus amigos del partido

Puestos en la fila, ordenadamente;

La Tuma masdeísta,

El matrimonio chino, juntos

Con sus retratos de esmalte y en óvalo.

Y en la pampa bonaerense,

El inundado, con los féretros de sepulcros

Bogando como barcas de vikingos o de Caronte,

El de Ginebra, donde yace Borges

Bajo una lapida o estela bellísimas,

Rodeado de tumbas de burócratas suizos

Que habrán sido con seguridad,

Por ser suizos, eficientes burócratas.

Lo digo como siempre lo he dicho,

El mundo es un vasto de absoluto cementerio

que aflora en los que erigimos,

Como aquellos fantasmales y humildes

 que vemos raudamente al costado 


de vías férreas o caminos,

y como vimos el de Venecia

desde el vaporetto

Así es,

desde que nacemos nos acercamos mas,

a  cada instante, a la tierra,

la sembramos de muertos queridos,

de nuestros despojos,

de lo que vamos dejando de ser,

Y la tierra lo acepta todo

paciente,

en la renovación de misterio,

aguardándonos.

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